Carta a mi maestro, por Xun Betan

Indio soy
que danzo sobre mundo.
Indio que sabe volar,
indio que sabe amar

soy XunA mi maestro Bartolo
Fue en los últimos días de junio, casi al salir a las vacaciones del fin de año escolar. Cursaba yo el quinto grado de primaria, y mi maestro era un señor de nombre Bartolomé, de los nombres más comunes en este pueblo, como Juan y María.

Este maestro lleva el nombre del Santo Patrono del pueblo (San Bartolomé de los Llanos) y creo que eso le hacía sentirse muy especial para humillar a los niños indios del lugar. Fue mi maestro por desgracia o por fortuna. Él tiene un gran odio y rechazo hacia mi cultura y mi gente: quizás por no ser como él, un kaxlan. Tal vez el problema es que somos diferentes a ellos, pero no sé en verdad.

Siempre se sentía ofendido al verme en su salón de clases. En esa ocasión mi calificación en el examen fue mejor que la de su hijo, que lamentablemente era mi compañerito de salón. Por ello mi maestro se sintió más ofendido de lo normal y con todo el desprecio y coraje de su corazón me dijo: “Los indios sólo son buenos para trabajar, así que toma la escoba y ponte a barrer”. Esas palabras nunca las he podido quitar de la mente, pues fue algo muy humillante, siendo yo un niño de tan sólo 10 años. Me sentía tan impotente, tan débil, tan miserable de no poder hacer nada, ni decirle nada a un mandamás que tenía todas las espadas y el puñal a su favor. Niño humillado, ¡qué terrible! Y más cuando te avergüenzan de lo que eres, de tu cultura, de tu identidad, de lo que sos.

Después de este suceso entendí que yo no quería ser así, que no quería ser como ellos, como algunos de mis compañeros ladinos que se burlaban de mí, del mismo modo que lo hacía mi maestro cuando le apetecía para desquitar su coraje. Es el mismo desprecio que sufren frecuentemente mis hermanos en el pueblo, siempre humillados y maltratados por los muchos ladinos, y más cuando no hablan el castellano o cuando los comerciantes se aprovechan y les cobran el doble del precio de sus productos porque mis hermanos no saben contar. Muchos ladinos su único interés, es hacerse ricos.

Todo eso me llenó a tal grado de tristeza, que un día, tan confundido, después de lo ocurrido, acompañaba yo a mi madre al mercado y en la calle le dije que no me hablara en tsotsil. Yo con un nudo en la garganta y lleno de vergüenza de mí mismo, me atreví a decírselo. Ella después de un momento y con lágrimas en los ojos me preguntó: ¿Por qué? Yo le contesté: “Porque mi maestro y mis compañeritos de clases siempre me dicen cosas feas en el salón”. Entonces mi madre respondió: “No tienes que cambiar, sólo hay que seguir tolerándolos. Espérate un poco más, que tú crecerás”.

Las palabras de mi madre, llenas de sabiduría, me ayudaron mucho. Así como ella me dijo “Crecerás”, también me llenó de tanto valor, amor y alegría que hasta la fecha no puedo olvidarlo. Y hoy que se cumplen varios años ya de lo sucedido, me atrevo a dedicarle estos versos a mi grandioso maestro:

¿Quién sos vos?

Soy Xun y soy indio:
eso me han dicho siempre los kaxlanes.
Ahora lo digo con orgullo,
y es sólo para demostrarles
que nosotros somos más tolerantes
ante su brutal ignorancia.
Ser diferente a ellos
es una gran dicha para mí…!

Indio me dijeron siempre
por ser diferente,
pero valor y orgullo
me ha  producido.
Amor y encanto tengo
de tan colorida cultura
llena de flores y sabores.

Indio me dicen,
pero amar sé.
Indio soy
y no me satisfacen
ni me llenan
sus políticas mentirosas.

Indio soy
y no bebo sangre
para ganar fortunas.
Indio soy
y no me llenan los colores
de sus modas.

Indio soy
y brillo con la luz de la luna
nuestra madre
y vuelo con la luz del sol
nuestro padre.

Arco iris soy
como el tejido de hermosos trajes.
Canto soy
con el sonido de bellos idiomas.
Indio con misterio y sueño.

Indio soy
que danzo sobre mundo.
Indio que sabe volar,
indio que sabe amar
entonces soy indio de verdad.

Xun Betan

1 responses to “Carta a mi maestro, por Xun Betan

  1. Retroenllaç: Xun Betan, el principito tsotsil | SVILEL PEPEN·

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